Al menos siete núcleos poblacionales de Tigrillo melánico (Leopardus tigrinus) han sido identificados en cuatro áreas protegidas del Huila, como resultado del seguimiento logrado por grupos de monitoreo comunitario apoyados por la Corporación Autónoma Regional del Alto Magdalena-CAM a través de la técnica de fototrampeo

Mutación de su ADN

La pigmentación oscura en Leopardus tigrinus es una extraña condición genética en la que los individuos presentan una mutación en su ADN produciendo exceso de acumulación del pigmento llamado melanina. El melanismo genera que la coloración habitual de la oncilla caracterizado por pelaje amarillo con patrones longitudinales de manchas negras cambie, así, los individuos melánicos presentan en su cuerpo manchas alargadas de color café oscuro o negro y en otros su pigmentación es totalmente oscura.

La coloración del pelaje de los animales tiene importancia en aspectos comportamentales y ecológicos, al desempeñar roles adaptativos como el camuflaje, la comunicación intraespecífica y la regulación de procesos fisiológicos, como la termorregulación. Algunos investigadores refieren que en diferentes especies el melanismo se ha propuesto como un papel adaptativo, lo que implicaría varios posibles impactos en la supervivencia y/o reproducción de los individuos.

Aunque los individuos melánicos son frecuentes, estos registros en siete localidades del Huila, despiertan interés de investigación de la biodiversidad que habita en las áreas protegidas del departamento.

En otras áreas protegidas

Otro de los registros de la rara especie lo lograron los grupos de monitoreo Yaguá-eté y Porvenir Tierra y Semilla quienes en los municipios de Acevedo y Pitalito respectivamente también hallaron individuos con esta extraña condición.

Entre tanto, en el Parque Natural Regional El Dorado el trabajo de los grupos de monitoreo El Dorado y Orígenes permitió observar por primera vez felinos melánicos en esta área protegida. En el municipio de La Plata, en el corredor ecosistémico que conecta el Parque Natural Regional El Dorado y la Reserva Natural Merenberg, el grupo de monitoreo Antawara también reportó un individuo con la mutación en su ADN.

El último reporte fue dado por el grupo de monitoreo Guardianes del Ambicá del municipio de Colombia quienes en área amortiguadora del Parque Natural Regional Páramo de las Oseras reportaron la séptima localidad de la población melánica.

Al esfuerzo de los grupos de monitoreo se suma el de otras organizaciones que también monitorean el territorio, es el caso de la Oficina de Ambiente y Gestión del Riesgo de Pitalito quienes en cámaras trampa instaladas en la Reserva Natural El Diviso que integra el Parque Natural Municipal, en la Reserva Natural El Calabozo del Distrito Regional de Manejo Integrado Serranía de Peñas Blancas y en la Reserva Natural Conny del Parque Natural Regional Corredor Biológico Guacharos Puracé también han capturado varios registros melánicos de la especie.

Importancia del ecosistema

El ecosistema alto andino que componen las áreas protegidas del sur del departamento es donde se han identificado cinco de los siete núcleos de L. tigrinus melánico reportados hasta la fecha para el Huila; siendo zonas claramente esenciales para la protección y conservación de la biodiversidad.

Por su parte, el apoyo profesional a 22 grupos de monitoreo comunitario consolidados por la CAM ha contribuido al fortalecimiento entorno a la metodología de identificación indirecta de especies silvestres (Huellas sobre el suelo, fecales, comederos, dormideros, rascaderos, senderos) y el manejo de equipos para foto trampeo coadyuvando así a su cualificación técnica y al fortalecimiento de sus conocimientos empíricos, lo que de forma directa contribuye a que se busquen senderos estratégicos y establecer cámaras trampa para el registro de la diversidad de especies del territorio, y de forma especial registrar comportamientos en vida silvestre y especies que quizá aún no han sido reportadas para el Huila.

Ecosistemas estratégicos

Ante esta gran noticia para nuestra diversidad, destacamos el papel que cumplen las áreas protegidas en la gestión de la biodiversidad, pues aumentan la conectividad considerando que el manejo de estas zonas se sustenta en la interacción de las especies con el ecosistema y de las especies entre sí.

De esta forma, las redes de ecosistemas que conforman las 10 áreas protegidas regionales, las 144 Reservas Naturales de la Sociedad Civil que a hoy están registradas en el RUNAP y las otras muestras ecosistémicas que están en el territorio y que no tienen una figura de conservación, son conjuntos de ecosistemas conectados que facilitan los flujos entre ecosistemas y permiten la persistencia de los procesos ecológicos.

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