Por el incremento de casos de suicidio en la región, la sicóloga de la institución hace un llamado a la comunidad universitaria para identificar las señales desencadenantes de estos actos.

La Universidad Surcolombiana desarrolla la estrategia de prevención y promoción ‘Para que la vida no pierda su sentido’, que se realiza cada año en septiembre para combatir, mediante la promoción de la vida, los problemas de salud mental que pueden desencadenar en suicidio.

En 2022 la campaña se hizo en todas las sedes de la universidad con el acompañamiento del psicólogo de cada una de las facultades y sedes, impactando directamente a cerca de 1.120 estudiantes.

También se hace teletrabajo de la mano con el psiquiatra de la USCO, doctor William Sánchez, quien durante el actual semestre académico ha atendido en consulta a cerca de 120 miembros de la comunidad universitaria, precisó Kay Dilett López Walteros, psicóloga de Bienestar Universitario de la USCO.

“Nuestra institución cuenta con un programa que hace acompañamiento sicológico, brinda apoyo con la red familiar, que involucra a la familia y a compañeros de los estudiantes y de funcionarios de la institución, ante señales de crisis de salud mental”, explicó la funcionaria.

Para ella, el suicidio es un problema de salud pública porque no sólo afecta a los individuos, sino, también, a sus familias y a las comunidades de su entorno.

“Últimamente se ha visto un incremento de la ideación suicida e intentos de suicidio. Vemos en las noticias el aumento de muertes por suicidio en la sociedad en general. Aquí hay que tener en cuenta que, luego de la pandemia, se experimentaron distintas crisis que han agudizado otras relacionadas con salud mental. La pandemia alteró la cotidianidad y las condiciones socio-económicas, y ello generó mucha vulnerabilidad, ocasionando trastornos mentales que desencadenan en ideaciones suicidas y crisis”, añadió.

Así, la depresión y la ansiedad son dos de las secuelas de mayor impacto en la salud mental, reflejados en los motivos de consulta por psiquiatría que más se trata en espacios de escucha al interior de la universidad.

Identificar factores de riesgo

Para poder abordar la complejidad de las conductas suicidas es importante identificar los factores de riesgo y tener en cuenta los factores de protección que se tienen, insiste la sicóloga.

“Factores de riesgo los hay distintos en el ámbito individual, como sus estilos de personalidad, sus conflictos y alteraciones en salud mental, así como los factores externos a nivel afectivo social, comunitario”, afirmó.

Los factores desencadenantes de personas con ideación suicida son la depresión, estado mental en el que se siente desesperanza, falta de fuerza y de vitalidad, agotamiento e irritabilidad, cambios de estado de ánimo y de patrones de alimentación y del sueño, constante tristeza; baja en el rendimiento escolar, académico y laboral; dificultades para concentrarse y toma de decisiones, lo que desencadena en mucho estrés y ansiedad, acompañado de pensamientos suicidas porque lleva mucha desesperanza, añadió la psicóloga.

Otro factor de riesgo es acompañar la crisis depresiva con el consumo de alcohol o de otras sustancias, el estar rodeado de un ambiente hostil donde hay mucho conflicto, tener antecedentes familiares de depresión, de suicidio, de abuso de substancias.

“Son escenarios donde se está expuesto a situaciones de estrés que genera en la persona un encerramiento en todos sus problemas sin ver posibles salidas para poder enfrentarlos”, argumentó.

Las señales

Las señales de un eventual intento de suicidio, asegura la sicóloga, se relacionan con hacer amenazas directas de hacerse daño o quitarse la vida; haber realizado intentos de suicidio; conversar, escribir y dibujar sobre temas enfocados en la muerte; o más concretamente: tener planes detallados, con fechas y cartas de despedida, de intento de suicidio.

“Los comportamientos y estados de ánimo relacionados con estados de depresión, a veces con cambios de personalidad que desencadena en tristeza y aislamiento, generalmente van de la mano con un descuido de su apariencia e higiene, con comportamientos autodestructivos y dificultad para relacionarse con los demás, que siempre atentan contra su valía personal porque constantemente se está auto-criticando, lo que revela baja autoestima”, enfatizó la sicóloga Kaydilett López.

Por ello, considera que es importante activar la red de apoyo cuando se vean casos con estas señales.

La universidad, por su parte, tiene una base de datos con la historia clínica de los estudiantes que permite activar la red de apoyo con familiares y amigos, se remite a psiquiatría y, de acuerdo con el diagnóstico, este puede dar la orden de internación en unidad mental para que reciba tratamiento, o se le da manejo con psicoterapia de apoyo y medicación.

Dependiendo del criterio del psiquiatra, así mismo se va desarrollando el proceso de tratamiento o de intervención con el estudiante. “No hay que minimizar a quienes dicen querer acabar con su vida, como creyendo que nunca lo van a hacer; esto es un falso mito puesto que se constituye en un llamado a gritos, y hay que darle valor a eso y prestarle toda la atención y la intervención adecuada”, concluyó.

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