“Esos son funcionarios sobre los cuales no puedo hacer procesos judiciales porque, encima, me dirían dictador, con razón. De todas maneras, deben salir por los indicios que acarrean las investigaciones que la prensa o nosotros o la justicia haga”.

Así lo aseguró el presidente Gustavo Petro durante la entrega del proyecto de la planta procesadora de arroz en Palermo (Huila), donde aseguró que “hoy me amanecí con una noticia fea. A los presidentes les debe pasar mucho, pero a mí no me gusta que me pase. Funcionarios, sobre los cuales hay fuertes indicios; no puedo ser yo el juez de corrupción en el Gobierno del Cambio”.

“Ya sabemos que la marca política, el color de la bandera, no inhibe el que este tipo de cosas se produzcan en cualquier ser humano. Esto de la codicia rápida daña el corazón, se vista de rojo, se vista de azul o se vista de multicolor”, anotó.

Manifestó que “establecen agendas paralelas cuyo objetivo no es cumplir el programa de gobierno, que es a lo cual los hemos convocado, sino que transforman ese objetivo en otro que es enriquecerse rápidamente y, al querer hacerlo, dañan, se tiran el programa del Gobierno y nosotros no tenemos tiempo para perderlo de esa manera”.

Blindar la Reforma Agraria

En su intervención, el jefe de Estado le pidió a la ministra de Agricultura, Jhenifer Mojica, trabajar para impedir que las agendas paralelas “nos dañen la Reforma Agraria” y enfatizó: “En la Reforma Agraria no debe haber corrupción”.

El presidente Petro se refirió a la forma de cómo la corrupción puede afectar esta política del gobierno para el campo.

“Hay un momento que es muy delicado, cuando se va a comprar una tierra que un poseedor de tierra vende, ahí hay una transacción económica. ¿Cuánto vale la tierra? Pueden hacerla, hacerla valer más y se reparte la comisión y se estafa al campesinado que, al final, es el objetivo de la Reforma Agraria y a la Nación, porque la plata la pone es el pueblo”, aseguró.

Por ello, dijo que “hay que crear unos sistemas con software, con las tecnologías modernas –en los tiempos de Carlos Lleras eso no existía–

que nos permita una veeduría permanente y en tiempo real de cómo se están comprando la tierra y a qué precios y que no sea más allá de lo que el mercado diga”.

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